miércoles, 21 de marzo de 2012

COMO AFECTA A LOS JOVENES

El incremento de las actividades del narcotráfico en América Latina está provocando "una nueva clase de violencia" que afecta a los niños y adolescentes y se plantea como el reto más grande para los gobiernos, afirmó Bernt Aasen, director para América Latina y el Caribe de UNICEF.
Aasen, de nacionalidad noruega, llegó a Lima para una reunión de trabajo con los representantes de los países de la región ante el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF.
"El crecimiento de las economías ilícitas (derivadas del narcotráfico) lleva a América Latina y el Caribe a una nueva clase de violencia que afecta mucho a los niños y adolescentes y pararla es la tarea más grande para los gobiernos", dijo Aasen en declaraciones a la AP.
En una reunión en la municipalidad de Lima, el funcionario dio a conocer el reciente informe mundial de la UNICEF sobre los afectos de la violencia en la juventud.
Dijo que ese informe señala que el 32% de los adolescentes latinoamericanos vive en factores de riesgo, entre ellas la violencia, la adicción a las drogas o problemas con autoridades.
Se añade que la violencia relacionada con las bandas, maras (pandillas) y drogas "va en aumento" y los adolescentes aparecen como los responsables, pero son mucho más frecuentemente las víctimas. Hay entre 25.000 y 125.000 pandilleros en Guatemala, El Salvador y Honduras, precisa el documento.
"Este fenómeno de las maras o pandillas es una expresión del crecimiento de las economías ilícitas (narcotráfico) donde los jóvenes encuentran como salidas fáciles a sus problemas económicos", dijo Aasen.
El informe también indica que los adolescentes en riesgo son explotados por el crimen organizado, en trabajos forzados, conflictos armados o como trabajadores sexuales, incluyendo pornografía infantil.
Según el reporte, la violencia en las escuelas se ha intensificado.
"En Brasil el 84% de estudiantes de 143 escuelas de las capitales de seis estados consideran que su escuela es violenta y 70% admite haber sido víctima de la violencia en la escuela", se indica.
Asimismo UNICEF precisa que en El Salvador, Guatemala, Jamaica y Trinidad y Tobago los adolescentes de entre 15 y 18 años están en mayor riesgo de ser afectados por la violencia armada.
El reporte indica que en América Latina y el Caribe viven 108 millones de adolescentes entre 10 y 19 años --el 19% de la población total de la región-- de los cuales 15 millones vive con menos de un dólar al día.

NARCOTRAFICO CORRUCION Y VIOLENCIA



El narcotráfico es una de las principales amenazas para la seguridad nacional del país, pues sus nefastas consecuencias son la corrupción, la violencia y afecta sensiblemente al medio ambiente, sostuvo el ex ministro del Interior y periodista, Fernando Rospigliosi, en su ponencia desarrollada hoy durante el VI Encuentro de la Red de Comunicadores por el Desarrollo de la Amazonía, realizado en Pucallpa.
“La corrupción que genera el narcotráfico afecta sobre todo a las instituciones encargadas de combatirlo, es decir, el Poder Judicial, la Fiscalía, la Policía, y también a la política. El narcotráfico utiliza a la corrupción como su principal arma, de manera que se puedan transitar los cargamentos de drogas y de insumos químicos”, enfatizó Rospigliosi.
Agregó que para lograr sus objetivos, el narcotráfico requiere sobornar a las autoridades, lo cual, naturalmente tiene un efecto destructivo sobre las instituciones señaladas.
En segundo lugar, el también analista político, refirió en su exposición que la violencia que produce el narcotráfico, muy conocida ya, origina enfrentamientos entre las bandas de los narcotraficantes, los cuales se generalizan a todos los sectores de la sociedad.
“Además, el narcotráfico utiliza los remantes de Sendero Luminoso, tanto en el Alto Huallaga, como en el VRAE, para asesinar a sus adversarios, para atacar a las fuerzas del orden y para transitar insumos”, agregó.
En lo que respecta al daño al medio ambiente, Rospigliosi Capurro recordó que cientos de hectáreas de bosque son destruidas para sembrar la hoja de coca ilegal, principal insumo del narcotráfico.
También son miles de toneladas de insumos químicos, “tales como kerosene, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, acetona y muchos otros insumos tremendamente nocivos que se derraman diariamente en los ríos y bosques de la selva de nuestro país y que afectan a nuestra población, muchas veces la gente no se da cuenta, pero está consumiendo agua o productos contaminados por los desechos del narcotráfico”.
En el último punto de su exposición, el periodista advirtió que gran cantidad de los delitos que se cometen en el Perú (alrededor del 80 por ciento) están vinculados del narcotráfico, según información de CEDRO.
“Los narcotraficantes actúan drogados cuando asaltan, cuando matan, cuando roban, y en otros casos cometen delitos, roban, matan, para conseguir dinero para satisfacer su necesidad de droga, por eso el narcotráfico es uno de los principales peligros que tenemos y también es probable que sea la principal amenaza a la seguridad nacional”, precisó.
Tomar el ejemplo de San Martín
En ese sentido, dijo que el problema principal, es que el gobierno no hace mucho parea combatir al narcotráfico, pudiendo tomar como ejemplo experiencias exitosas como la realizada en San Martín, donde se erradicó gran parte de hoja de coca y se aplicó el programa de desarrollo alternativo.
Asimismo, recomendó una mayor intensidad en la lucha contra el narcotráfico, así como acabar con los remantes senderistas, tanto en el Alto Huallaga como en el VRAE, quienes sirven de sicarios al narcotráfico,”esos son los grandes desafíos del gobierno”.
Image DetailEn diálogo con la prensa, Rospigliosi exhortó al gobierno a invertir más en la lucha contra este flagelo, y no solo esperanzarse en la cooperación extranjera, caso contrario, no verá resultados positivos.
Lucha contra el narcotráfico es tarea de la Policía
Consideró además que la lucha contra el narcotráfico es tarea de la Policía Nacional y no de las Fuerzas Armadas, las cuales deben seguir con la defensa nacional, pues esa es su principal función y no deben ser involucradas en el combate al narcotráfico, porque el narcotráfico tiene un poder corruptor muy grande.
“El Ejército no tiene mandato legal para combatir el narcotráfico, y debería seguir así, sin embargo en el VRAE está involucrándose en el narcotráfico. En el caso del Monzón yo creo que deben instalarse bases policiales, eso está programado desde el año 2003, pero aún no se ha realizado, hay que poner por lo menos tres bases policiales en el Monzón que es una tierra liberada del narcotráfico”, enfatizó Fernando Rospigliosi.










NARCOTRAFICO CAUSAS Y CONSECUENCIAS



CONSECUENCIAS 







 Image Detail




El narcotráfico es una industria ilegal mundial que consiste en el cultivo, elaboración, distribución y venta de drogas ilegales. La existencia de un consumo sostenido en el tiempo sumado a la prohibición del consumo de estas sustancias, se erigen como los causantes principales del narcotráfico. La naturaleza del narcotráfico es una empresa capitalista transnacional.
Existen ciertas sustancias que constituyen la unión entre los individuos de una determinada comunidad o nación, y son ellos mismos los que hacen del consumo de estas sustancias una costumbre en un determinado momento del tiempo. En el momento en que se rompe el control de este consumo, se entra en crisis. Esto significa que no sólo comienzan a abrirse puertas a otras sustancias que no son parte de la cultura de ese país, sino que también empieza a gestarse una cultura de abuso de sustancias. Por ejemplo, la hoja de coca formó parte de la cosmovisión andina como marco de pauta cultural entre los habitantes. Cuando los conquistadores entraron a territorio andino, llevaron la hoja de coca a España y como no fue de su agrado al momento de consumirla, la consideraron una “hierba del diablo”. Esto claramente significó una condena a la hoja de coca -que para los andinos constituía un elemento claramente sagrado- y decidieron los españoles liquidar las plantaciones de coca para acabar con aquella cultura, con aquella nación.
El narcotráfico se desarrolla por causas jurídicas, económicas, por el contexto socio-económico precario o por políticas públicas deficitarias, inexistentes o precarias. Para muchas personas, el narcotráfico se constituye como la actividad más lucrativa de todas ya que es una de las pocas áreas que deja ganancias millonarias en la mayoría de los casos. El negocio del narcotráfico es de tal magnitud, que en sus mejores momentos llegó a superar ampliamente al negocio de las armas.
Por otro lado, el contexto socio-económico precario es utilizado para lograr superávits comerciales y, junto con las políticas públicas que, muchas veces destinadas a cambiar una realidad social por otra mejor, repercuten en forma negativa en los barrios más carenciados, ayudan a que los narcotraficantes y la actividad de comercialización de drogas se asiente en estos barrios. ¿Cuál es la cuestión detrás de establecerse en los barrios marginales? Son los más carenciados quienes les dan estructura, base y sostenibilidad en el tiempo al desarrollo de esta actividad ilegal a cambio de la satisfacción sus necesidades mínimas que reciben por parte de los narcos. Esta ligazón y sentimiento de pertenencia a la sociedad es, escandalosamente, el recurso que los narcos utilizan para dar vida a su actividad.
La violencia y la legitimación son los elementos de mayor peso de este mercado ilegal. La legitimación no sólo es social en cuanto al concepto de pertenencia expuesto anteriormente, sino que también es político. La legitimación política está en estrecha relación con el poder político que adopta una posición de carácter dual frente al narcotráfico: por un lado le declara la guerra y, por el otro, son los mismos políticos los que están directamente involucrados.
La dimensión del narcotráfico es mundial. Su historia comienza en América Latina, más precisamente en la región andina, y luego llegó a expandirse por todo América. Hoy en día, todos los países cumplen uno o varios roles dentro de la actividad narcotraficante.
Para realizar una breve trayectoria sobre la historia del narcotráfico, debemos remontarnos a los años ’50 en los Estados Unidos de América. Por aquella época, el consumo de drogas estaba asociado con la delincuencia y marginalismo y era consumido por inmigrantes de Centro y Latinoamérica y negros. Con el transcurso de los años, el uso de drogas se generalizó e hizo masivo. El espectro de consumo se amplió, y chicos y adolescentes se incorporaron a los grandes grupos consumidores. Fue en estos años ’60 que las drogas empiezan a trascender como protesta, como rebelión política. La situación coyuntural en los Estados Unidos –la guerra de Vietnam y el fenómeno cultural del laissez-faire hippie- iba fuertemente correlacionada en forma positiva con el consumo de sustancias ilegales. Aquí es cuando el problema de narcotráfico se convierte en un problema de salud y orden público y de relaciones internacionales; donde los residentes de países enemigos son quienes ingresan las drogas que consumen los jóvenes –quienes son el futuro del país-. Lo expuesto con anterioridad marca un punto de inflexión en la historia estadounidense contra el narcotráfico ya que pasa a convertirse en un problema de carácter geopolítico. Es en 1970, con Nixon a la cabeza de la presidencia, que se inicia la guerra contra las drogas para acabar con la amenaza a la seguridad nacional.
Hoy en día, son Colombia, México, Perú, Venezuela, República Dominicana, Guatemala, Jamaica, Ecuador, Bolivia, algunos países de Medio Oriente y africanos, entre otros, los más conocidos relacionados con la producción masiva y organizada o tráfico de estas sustancias.


CONSECUENCIAS AMBIENTALES DE LAS DROGAS



El cultivo y la producción de narcóticos representan una seria amenaza para el ambiente en la región andina y el sureste de Asia, centros mundiales de las industrias de la cocaína y de la heroína. Aunque no se puede evaluar la totalidad del impacto ambiental del narcotráfico, es claro que están ocurriendo severa deforestación de los bosques tropicales y contaminación de las cuencas. Las consecuencias locales sobre el suelo, la hidrología y la biodiversidad son a menudo devastadoras y pueden retrasar por varios años la introducción de cultivos alternos. La atención del público no se ha concentrado en tales problemas, ya que la publicidad se ha enfocado en resaltar los efectos supuestamente negativos de los programas de erradicación con herbicidas, aunque el herbicida utilizado, el glifosato, casi no representa riesgos humanos, animales o ambientales.
Los cultivadores de droga en la región andina y el sureste de Asia prefieren ubicar sus cultivos en zonas selváticas alejadas, casi siempre en terrenos montañosos y empinados. La delgada capa vegetal y el difícil acceso a dichas zonas generalmente desestimula la producción de cultivos lícitos. Para preparar el terreno para los cultivos ilícitos, los bosques son arrasados y quemados antes de sembrar la coca. Debido a la poca fertilidad y a la necesidad de evadir a las autoridades, los campos son abandonados después de dos o tres siembras y se abren nuevos campos selva adentro. Esta práctica acelera la deforestación y destruye entre otros, recursos madereros que de otra manera podrían estar disponibles para un uso más sostenible de la tierra selvática. Adicionalmente, la práctica recurrente de sembrar en un suelo tan frágil puede llevar rápidamente al deterioro ambiental y al agotamiento de los recursos naturales, especialmente a la erosión del suelo y a la pérdida de la capa superior y la sedimentación río abajo. La deforestación causada por el cultivo de narcóticos en las cuencas montañosas aumenta la gravedad de inundaciones y sequías. También puede reducir las fuentes de agua en valles bajo zonas gravemente deforestadas, debido a la fuga de aguas subterráneas y a la mayor sedimentación de los arroyos. Estudios ecológicos demuestran que muchos bosques tropicales no cultivados se caracterizan por suelos infértiles con partículas de arcilla y limo, de textura porosa de mediana a fina, las cuales fácilmente se erosionan a no ser que las raíces de las plantas sostengan la tierra y absorban grandes cantidades de agua. Hasta los terrenos cultivados con coca son propensos a la erosión porque estas plantas perennes no son tan efectivas como el bosque tropical para absorber agua y mantener la tierra en su sitio. Adicionalmente, las copas de los árboles amortiguan el impacto de las gotas de lluvia que de otra manera podrían sacar las partículas de tierra y aumentar las posibilidades de erosión.
Destrucción de bosques en la región andina
La expansión del cultivo, la producción y el tráfico de coca en Perú, Bolivia y Colombia ha causado la destrucción de por lo menos 2,4 millones de hectáreas de frágil bosque tropical en la región andina en los últimos 20 años. El deterioro ambiental generado por el cultivo ilícito de coca es acumulativo e incluye no sólo el impacto del cultivo actual sino también el de las áreas que quedan abandonadas a través del tiempo y la tierra despejada para ser utilizada para sostener a la población dedicada al narcotráfico. El cultivo tradicional de coca, por ejemplo, como el practicado por los grupos indígenas en Bolivia, probablemente causa menos daño ambiental porque sucede en áreas cultivadas desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el cultivo ilícito de coca es producido a gran escala (a menudo por provenientes de las ciudades) quienes tienen la tendencia a ignorar las técnicas de siembra tradicional (tales como el uso de terrazas) y en su búsqueda de ganancias, causan graves daños ambientales en zonas agrícolas vírgenes, para suplir la demanda de los mercados externos. La siembra de cultivos ilícitos ha acelerado dramáticamente la fragmentación de los bosques en muchas áreas de la región andina. Actualmente, la fragmentación de los bosques como resultado del cultivo de coca en el sur de Colombia, cerca de la frontera con Ecuador, es fácilmente documentada y cuantificada utilizando imágenes satelitales.
Imágenes satelitales del deterioro ambiental causado por los narcóticos
Con la llegada de las sofisticadas imágenes satelitales, la relación entre cultivos ilícitos y deterioro ambiental ha podido establecerse con certeza. El satélite IKONOS, lanzado en 1999 por la compañía estadounidense Space Imaging, permite a los científicos distinguir objetos hasta de un metro de largo en la superficie de la tierra y, rápidamente se ha convertido en una de las herramientas disponibles más poderosas para definir la naturaleza y extensión de dicho daño ambiental.
Por medio de la recolección de información visual, este sensible satélite ha ayudado a los expertos a medir el impacto del daño ambiental relacionado con los narcóticos en Colombia, Bolivia y Perú. Los bosques tropicales en esta región se están agotando a una tasa alarmante, y un factor importante en esta tendencia es la siembra de cultivos ilícitos: marihuana, coca y amapola. La deforestación, la erosión del suelo y el agotamiento de sus nutrientes, junto con la sedimentación de las cuencas y la extinción de especies enteras de flora y fauna, están entre l más inquietantes efectos secundarios de los cultivos ilícitos. Las imágenes recientes del satélite IKONOS han servido para localizar algunas de las diferencias que se había sospechado existían entre las áreas de tierra utilizadas por los campesinos y las áreas cultivadas con propósitos ilícitos. A diferencia de los cultivadores campesinos practican agricultura de subsistencia, los cultivadores de coca generalmente buscan trabajar en zonas escondidas para no ser detectados fácilmente. Por el miedo a la ley y por no querer llamar la atención, estos cultivadores prefieren sitios aislados y lejanos, en colinas empinadas y terrenos de difícil acceso. Las imágenes satelitales, sin embargo, pueden identificar claramente los cultivos ilícitos sembrados en las zonas selváticas que han sido despejadas. Además, las imágenes satelitales han confirmado que las cosechas de cultivos ilícitos han afectado parques nacionales y reservas biológicas en los países andinos. Un ejemplo típico es la deforestación de la reserva del parque natural al oeste de la región del Chapare en Bolivia. Los gobiernos de Bolivia, Colombia y Perú han tenido serias dificultades para disminuir la tasa de deforestación. Como resultado, han sido destruidos algunos de los más importantes ecosistemas en la parte alta de la Cuenca del Amazonas. Estudios señalan que si estas regiones vulnerables no son adecuadamente protegidas, las actuales reservas forestales serán consumidas en menos de 40 años.
Ejemplos históricos: Perú y Bolivia
Perú y Bolivia ofrecen un precedente histórico muy claro del impacto ambiental generado por los cultivos ilícitos, aunque entre los años 1992 y 2000 ambos países redujeron dramáticamente la extensión de los cultivos de coca. Según el Informe sobre la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos de 2001, preparado por el Gobierno estadounidense, el cultivo de coca en Bolivia disminuyó durante ese período, de 48.000 a 22.000 hectáreas, llegando casi a la eliminación total de éste. Las cifras correspondientes a Perú fueron aún más dramáticas, pues la cantidad de tierra utilizada para el cultivo de coca cayó de 129.000 a menos de 34.000 hectáreas.
El crecimiento de los cultivos de coca en ambos países durante los años setenta y ochenta suministró pruebas suficientes de como los cultivos ilícito llevan a la destrucción de los recursos del bosque tropical. Según un ambientalista peruano, la hoja de coca fue el cultivo más cosechado en el Amazonas peruano durante los años ochenta y el responsable de un porcentaje significativo de la deforestación durante las décadas del setenta y ochenta. Según cálculos del Departamento de Estado, a principios de la década del setenta el cultivo de coca en Perú llegó sólo a 16.000 hectáreas y gran parte se utilizó para suplir las necesidades de la población indígena. Un estudio adelantado por un experto forestal peruano mencionó que entre 1970 y 1987 la destrucción de bosques tropicales producto del cultivo de coca en el Valle del Alto Huallaga llegó a más de 200.000 hectáreas. Según un estudio realizado en 1987, a lo largo de la cuenca peruana del Río Amazonas, las plantaciones de coca y las actividades de su procesamiento y tráfico, causaron la destrucción de 700.000 hectáreas adicionales de bosque (el 10% de la destrucción de bosque tropical en Perú durante el siglo). En Bolivia, el despeje por medio de la tala y quema para nuevos cultivos de coca tuvo como resultado la destrucción de casi 40.000 hectáreas de bosque en la región del Chapare desde la mitad de la década del ochenta hasta el final de los años noventa. Algunos cultivadores de narcóticos, anticipándose a los programas gubernamentales de erradicación de cultivos, ampliaron y descentralizaron sus plantaciones, contribuyendo adicionalmente al aumento del número de áreas arrasadas para el cultivo de coca. Aún el uso tradicional de terrazas por los cultivadores en la región de Yungas al oeste boliviano, no fue suficiente para evitar la erosión. Como en el caso de las viejas áreas de cultivo en Perú, más y más tierra boliviana quedó vulnerable a la erosión a medida que los cultivadores abandonaron campos desgastados y comenzaron en nuevos campos. El despeje del bosque tropical para los cultivos ilícitos en la región andina contribuyó al cambio de los patrones en los recursos hídricos del Amazonas. Según un estudio realizado en 1980 por la asociación estadounidense para el progreso de la ciencia (American Association for the Advancement of Science), entre 1960 y 1970 las inundaciones estacionales del Río Huallaga en Tingo María, aumentaron significativamente debido a la gran afluencia generada por la deforestación de la cuenca. En noviembre de 1987, según informes de prensa en Lima, lluvias fuertes en el Valle del Alto Huallaga provocaron la peor inundación en la historia del Perú, causando grandes avalanchas que acabaron con la vida de un sinnúmero de residentes rurales.
Colombia
La deforestación causada por los cultivadores de coca fue menos severa durante los años setenta y ochenta en Colombia que en Perú o Bolivia. Pero esta situación cambió durante los años noventa cuando los narcotraficantes comenzaron a utilizar más el territorio colombiano para sus cultivos ilícitos. En Colombia el cultivo de coca aumentó en 27.000 hectáreas, o sea, el 175%, entre 1985 y 1989. Esta tendencia se disparó posteriormente durante gran parte de los años noventa, especialmente en los departamentos de Putumayo y Caquetá, y en los llanos orientales de Colombia. Según el Informe sobre la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos de 2001, el área total utilizada en Colombia para cultivar coca se cuadruplicó, de 38.000 hectáreas en 1992 a 136.000 en el año 2000. En respuesta, el Gobierno de Colombia lanzó a finales del año 2000 una gran campaña de fumigación en el departamento de Caquetá y el suroeste de Putumayo, siendo este último el sitio con mayor densidad de cultivos de coca en el mundo y la mayor expansión del cultivo de coca en Colombia. Aunque el Gobierno colombiano llevaba un tiempo fumigando en otras partes del país, no había fumigado en Putumayo anteriormente. Desde finales de diciembre de 2000 hasta principios de febrero de 2001, cerca de 20.000 hectáreas de coca fueron erradicadas de manera efectiva por medio de la fumigación aérea en Caquetá y Putumayo.
Según estudios académicos, los cultivadores colombianos abandonan sus campos después de tres o cuatro años, a medida que la producción de sus cultivos disminuye, pero en Perú y Bolivia el promedio de vida del terreno para cultivo de coca es de 15 a 20 años. Así, los campos son abandonados y se arrasa más bosque tropical para reemplazar los cultivos de coca. El extenso despeje de tierra para la producción de otro cultivo ilícito en Colombia, la amapola, aumentó los daños y las muertes causados por avalanchas originadas por terremotos en el occidente de Colombia hacia finales de los años noventa. Ante la creciente presión gubernamental sobre las actividades del narcotráfico en Perú y Bolivia, el cultivo de coca se trasladó incrementalmente en los años noventa de estos dos países hacia el este y suroeste de Colombia (especialmente hacia los departamentos de Caquetá y Putumayo), donde más de 101.250 hectáreas de bosque tropical han sido arrasadas y sembradas de coca. Adicionalmente se calcula que de 6.000 a 8.100 hectáreas de bosque tropical, principalmente en las regiones montañosas de los Andes colombianos, han sido despejadas para sembrar amapola, la materia prima utilizada para la producción de la pasta de opio. 
















NARCOACTIVIDAD

Al respecto, el ex ministro de Seguridad, Gautama Fonseca, dijo que “el territorio de Honduras se ha venido utilizando como tránsito para las drogas”, pero lo más preocupante, señaló, es que se ha convertido en un país de destino de la droga, lo que está afectando a la juventud hondureña.

Además, “las autoridades son insuficientes para iniciar una lucha eficaz”.

El ex funcionario aseguró que Gracias a Dios es uno de los departamentos más utilizados para el aterrizaje de las narcoavionetas, por tratarse de una región muy solitaria, convirtiéndose en un “campo de aviación del narcotráfico”.

A esto se suma la participación de los pobladores de la zona, quienes se encargan de recoger la droga y transportarla a otros lugares.

Por su parte, el asesor legal del Ministerio Público, Rigoberto Espinal Irías, manifestó que “Honduras lo que hizo es separarse de la Alba (Alternativa Bolivariana para las Américas), una institución que en los últimos años se ha dedicado a la narcoactividad”.

Ante los señalamientos de una posible vinculación de Zelaya con el narcotráfico, Espinal Irías dijo que en las primeras investigaciones se había dicho “que era un hermano del ex mandatario, pero que este informe ha revelado que es Chávez quien ha estado organizando estas operaciones de narcotráfico en Honduras.

“Si ‘Mel’ es aliado con Chávez, se entiende por qué circulaban con tanta facilidad esos aviones que llegaron acá en esos últimos días”, continuó.

Espinal Irías reiteró que “posiblemente por ahí se esté haciendo alguna investigación, lástima que decían que era otro y no él (‘Mel’ Zelaya) porque entonces la Interpol no se hubiera negado a cumplir con la orden de captura, ya que ellos no intervienen en delitos políticos”.

Arístides Gonzáles, titular de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico, dijo a EL HERALDO que desconocen las razones por las que han dejado de aterrizar narcoavionetas en el país. Pero, el viernes en que fueron detenidos los agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), se tuvo conocimiento del aterrizaje de una avioneta, un vuelo ilícito en Los Llanos de Huarum (jurisdicción de La Mosquitia) y no se pudo tomar acciones porque todo el personal militar está empeñado en actividades de seguridad nacional.

Auto de prisión para agentes

Nueve agentes que fueron capturados in fraganti cuando transportaban 43 kilos de cocaína, recibieron el sábado en horas de la noche el auto de formal prisión y prisión preventiva en los tribunales de justicia de Gracias, Lempira.

Los agentes fueron acusados por los delitos de tráfico de drogas, armas prohibidas y comerciales, tortura, abuso de autoridad y allanamiento de morada.

Los sindicados responden a los nombres de Mario Mejía Vargas, jefe de la sección de homicidios, y el sub jefe de robos de vehículos, Mauricio Zavala, quienes son señalados como los cabecillas de la banda.

También se detuvo a Carín Romero, Wilmer Fiallos, José Villalobos, José Luis Borjas, Miguel Cerna, Hernán Ortiz y Carlos Díaz. 

En la misma operación se capturó al inspector de policía Carlos Sosa, quien resultó herido de bala al oponerse al arresto. Estos últimos permanecerán recluidos en el centro penal de Puerto Lempira, mientras los agentes serán trasladados a Tegucigalpa y deberán de pagar su pena en una base militar o en las celdas de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), su antiguo lugar de trabajo.







BASE DE LA NARCO ORGANIZACION

 Image Detail
En el organigrama de una organización típica, hay una total compartimentación del trabajo. Los distribuidores no conocen a quienes les entregan la droga. Nadie conoce ni ha tratado al jefe, ya que el único que trata con el jefe es el responsable financiero, el lavador de dinero. Los sicarios no conocen a los productores.

El único débil es el departamento financiero, porque es el evidente. Hay evidencias de bandas que trabajan para los narcotraficantes, pero sus relaciones son de subordinación y cierta autonomía en la ejecución del trabajo.

Cuando la presencia del narcotráfico se evidenció en el país, a fines de los setenta, empezó a mencionarse el nombre de militares implicados en el negocio. Según publicación de la revista El Parcial, de Alemania, Honduras emergía como el área más nueva en el tráfico de cocaína a Estados Unidos.

Un boletín del Centro de Documentación de Honduras, de marzo de 1990, indica que la Operación Causa Justa impulsada por la administración del entonces presidente George Bush, contra el narcotráfico en Panamá, dio un salto de rana a Honduras.

Oficiales norteamericanos saben, desde hace varios años, que militares hondureños de alto rango han enviado, o servido de embudo, toneladas de cocaína a Estados Unidos, señala el informe titulado Los hilos del Narcotráfico.` Para el portavoz de las Fuerzas Armadas, coronel Mario David Villanueva, la vinculación de los militares al narcotráfico ha sido en casos aislados y no como política institucional. Villanueva comenta que la lucha contra el narcotráfico debe ser frontal, en la que deben participar todos y tomar el asunto como un problema real que enfrenta el Estado.

El narcotráfico, según las Fuerzas Armadas de Honduras, no tiene fronteras y su presencia es tan fuerte que se percibe cuando aparecen nuevos ricos de la noche a la mañana, en momentos en que la sociedad vive una grave crisis.

Villanueva no descarta la posibilidad de que existan pequeños cárteles en el cuerpo armado: no se puede descartar, dice, por el simple hecho de que somos seres humanos, estamos en un país con una posición privilegiada para esta actividad ilícita. Lo que sí podría decir es que podría ser la excepción en este momento y no la norma.

Por este motivo, grupos humanitarios y analistas estiman que la lucha contra las drogas sólo será efectiva si se desmilitariza la sociedad y se resta poder a los uniformados.

Los analistas apuntan que la lucha contra el narcotráfico la deben emprender los policías civiles, agentes del Ministerio Público o Fiscalía del Estado, en la medida que el tema de la narcoactividad es un punto obligado, y no teórico como hasta ahora, en la agenda nacional.

A la par de estas preocupaciones, lógicas y coherentes con la realidad del país, otro dato que preocupa a los estudiosos de la narcoactividad y las autoridades enfrascadas en su lucha, es el aparente uso de territorio nacional para el lavado de divisas procedentes de la droga.

De acuerdo con la Fiscalía del Estado, el mayor signo del proceso de lavado de dinero es el hecho de grandes cantidades en manos de personas cada vez de menor edad. Hay jóvenes de entre 20 y 25 años que son millonarios. Es circulante en manos de personas que no tienen activos fijos, sólo dinero cuya procedencia no se puede justificar fácilmente.

Cada vez se producen más vinculaciones del sistema con lugares donde se producen operaciones financieras de dudosa reputación, como las Bahamas y Panamá. Hay, además de los bancos, empresas que realizan operaciones comerciales directas.

En Honduras, se lava dinero procedente del narcotráfico y de la corrupción, fortunas masivas que aparecen de la noche a la mañana, según un informe en poder del Consejo Nacional contra el Narcotráfico.

Las actividades económicas más utilizadas para lavar dinero son el turismo, las casas de cambio, los correos rápidos, la construcción, la compra de bienes raíces, la industria, el deporte profesional, los supermercados y las tiendas grandes.

En 1995 se aprobó la Ley de Banca y Finanzas, que contempla la superintendencia de bancos, asociaciones de ahorro y crédito, financieras, aseguradoras y casas de cambio, y tiene amplias facultades para revisar el funcionamiento de estas instituciones.

También la Asociación de Instituciones Bancarias discute en el Congreso Nacional una ley contra el lavado de activos, con el fin de suspender el secreto bancario en operaciones vinculadas al narcotráfico.

En Tegucigalpa, nadie está obligado a declarar el origen del dinero que deposita en los bancos. Una nueva ley establecerá un formulario donde se indique la procedencia de depósitos superiores a 3 mil 500 dólares. Pero esto aún no se aprueba en el Congreso, que, hábilmente, ha dado largas al engavetar el proyecto.

El Fiscal General del Estado, Edmundo Orellana, declaró que el secreto bancario, como está regulado en Honduras, se presta para el lavado de dinero. Cualquier persona puede llegar a un banco y depositar una gran suma de dinero y nadie le pregunta donde lo obtuvo, porque no hay ninguna obligación de hacerlo, salvo pagar el impuesto sobre la renta.

No obstante, uno de los principales obstáculos detectados por las autoridades y grupos humanitarios en la lucha contra el narcotráfico, es la inmunidad parlamentaria y política que gozan algunos funcionarios, especialmente del Poder Legislativo.

La Fiscalía del Estado sostiene que la inmunidad es para ellos el principal dolor de cabeza en la lucha contra las drogas, pues existen evidencias de que en algunos carros del Congreso Nacional se trafica con estupefacientes, se hacen grandes operaciones, pero no pueden hacer nada porque las personas que los conducen gozan de inmunidad.

Honduras se apresta a elegir, este 30 de noviembre, un nuevo presidente, diputados y alcaldes por un período de cuatro años. Si bien el proceso entró a su fase final, ninguno de los cinco aspirantes a la presidencia menciona el tema de la narcoactividad y su combate.

TRIANGULO DE LAS DROGAS

En Honduras existe una especie de Triángulo de las Bermudas, que comienza en la región de La Mosquitia, en la costa atlántica, conocida también como Gracias a Dios, frontera con Nicaragua; sigue hacia las Islas de la Bahía, en el Mar Caribe; y desciende a la frontera sur con Nicaragua, en la aduana de El Guasaule, en el sureño departamento de Choluteca.

Para el analista político Víctor Meza, del Centro de Documentación de Honduras, estas formas de esparcimiento, a escala nacional, no descartan la existencia de minicárteles de la droga, porque Honduras pasó de ser puente de los narcos, a constituirse en un depósito de estupefacientes.

Todos los países que se convierten en sitio de depósito, más temprano que tarde, ven surgir de minicárteles regionales o de grupos locales distribuidores de droga, que entran en competencia entre sí, por el control de territorios o por el acceso a fuentes distribuidoras de la droga en grandes cantidades o al por mayor, dijo Meza.

Uno de los puntos donde es más evidente la narcoactividad, es la región norte del país, sobre todo las Islas de la Bahía, una zona que se presta mucho para este tipo de actividad por ser un punto importante de confluencia turística, sin vigilancia policial. Gran parte del tráfico de droga, que viene por las rutas marítimas, desemboca en las Islas de la Bahía

El noventa por ciento de la flota pesquera hondureña está concentrada en Islas de la Bahía y regiones adyacentes. Muchos pescadores de mariscos y langostas han acostumbrado canjear parte de sus productos por droga que viene de Colombia, particularmente de la Isla de San Andrés. Las operaciones de canje de la droga se realizan en alta mar.

Según Meza, el pescador regresa sin langosta pero con mucha droga a las Islas de la Bahía. Esta droga empieza a ser utilizada como moneda de pago. En la medida que la droga se utilice para pagar en especie los servicios del traficante local, se producen esos flujos pequeños, pero a la vez importantes, de droga que circula dentro del territorio nacional, estimulando el consumo local.

Otra fase importante a señalar en el caso de la narcoactividad en Honduras, es la que se refiere al país como productor. Se puede ser productor de drogas menores, o país procesador de drogas mayores. La sospecha es que existen laboratorios de droga; extremo que no se ha comprobado.

En Honduras sólo se produce marihuana, ya que se han detectado plantaciones en el norte del departamento de Francisco Morazán, y en los de Yoro y Olancho, ubicados en el norte y el oriente del país, respectivamente.

En 1989, el ejército realizó un operativo en el norteño departamento de Colón; pero, curiosamente, hubo un gran incendio en lo que se supone fue una acción de último momento para borrar la evidencia de cultivos o posibles laboratorios móviles de droga.

De acuerdo con los organismos de lucha antidroga, la marihuana se cultiva para consumo interno y, en parte, para la exportación hacia los Estados Unidos.

En el norte del departamento de Morazán, en la región central, se registra, por cuestiones ecológicas, un decaimiento de la actividad agrícola. Varios campesinos, por los bajos precios de los granos básicos y estimulados por narcotraficantes, optaron por realizar cultivos de marihuana en vez de maíz, arroz y frijol, los productos básicos que conforman la dieta alimentaria del hondureño.

En Cortés, Yoro, Comayagua, Colón y Olancho, con tierras fértiles, el cultivo de marihuana tiene fines estrictamente comerciales.

La Comisión Legislativa contra el Narcotráfico sostiene que los campesinos son inducidos a dedicarse al cultivo de marihuana, para obtener ingresos superiores a los generados por sus cultivos tradicionales, generalmente granos básicos.

Durante 1995 hubo ocho operaciones policiales, en las que se decomisaron y destruyeron plantas de marihuana. La más significativa de ellas, fue la incautación y quema de 84 mil 346 plantas de marihuana; pero no hubo detenidos, ya que las personas dedicadas a esta labor huyeron del lugar.

En 1996 las operaciones policiales efectuadas se incrementaron sustancialmente y revelaron que hubo un aumento de actividad de los cultivadores de marihuana.

Entre 1995 y 1996, hubo un decomiso de siete mil libras de marihuana en Morazán, y, de menor grado, en las ciudades de Siguatepeque, Tela y La Ceiba, en la zona central y norte del país. También se registró la destrucción de más de tres millones de plantas, en el mismo período.

Las autoridades hondureñas sospechan que, en alta mar, en el Océano Atlántico, hay trueque de droga por langosta y camarón. De tal manera que la droga es vendida en el mercado local, particularmente en las ciudades de San Pedro Sula, La Ceiba, Tela y Cortés, en la zona norte, donde opera el mayor flujo de turistas extranjeros, en su mayoría estadounidenses, en hoteles de cinco estrellas ubicados en las playas.

Las características geográficas del país, con costas en ambos océanos, extensas fronteras terrestres, la existencia de grandes zonas vírgenes y factores de carácter político y económico, así como los tratados de integración con América Central, propician este incremento del narcotráfico.

De acuerdo con el CEINCO, un centro de información de las Fuerzas Armadas, una de las zonas de trasiego de droga con características especiales es la región de La Mosquitia, donde la población, en su mayoría, apoya, participa y cubre esta actividad, dado los altos niveles de pobreza y falta de empleo.

Las formas de transporte son generalmente mixtas, ya que la droga puede ser transportada desde América del Sur, especialmente Colombia; lanzada al mar, recogida en la playa por cómplices, transportada por medios fluviales o aéreos, para luego ser enviada por tierra a Guatemala o, por medios marítimos y aéreos, hacia Islas de la Bahía u otras partes de la región.

Algunos individuos de origen colombiano, sospechosos de ser narcotraficantes, están comprando propiedades en los departamentos de Gracias a Dios, Colón y en toda la zona del litoral atlántico hondureño.

Una vez establecidas en el sector, éstas personas de inmediato crean grandes redes de información, lo que les permite saber de inmediato la presencia de extraños o de autoridades en la zona.

CARTELES EN HONDURAS

LA POBLACION SE QUEJA DE LOS CARTELES




Juan Ramón Matta (cuadro I) y al colombiano Arcadio Molina, como los jefes de uno de los carteles que opera en Tegucigalpa y el departamento insular de Islas de la Bahía, frente a la costa atlántica hondureña, quienes tienen vínculos con redes en Colombia y México. El cartel del centro está dirigido por los hermanos Alvaro, Jaime y Mario Flores Ponce. El primero fue director general de la Policía Nacional de 1995 a 2002; el segundo ocupa actualmente el cargo de jefe de la unidad policial contra robo de automóviles y el tercero es propietario de una empresa de seguridad privada. En el caso del comisario de policía, Jaime Flores Ponce, se detallan los grandes movimientos de dinero efectuados en sus cuentas bancarias y tarjetas de crédito, en moneda local y en dólares, hasta el 29 de mayo de este año. Un tercer cartel es el de la norteña ciudad de San Pedro Sula, principal centro industrial y comercial del país, integrado por jefes policiales y colombianos, propietarios de la empresa Electrodomésticos Populares, entre ellos Rosel Barralaga, dedicado a la venta de refrigeradoras, estufas y televisores de bajo costo. En la también norteña ciudad de La Ceiba se mencionó a los hermanos Carrión, propietarios de una poderosa cadena de tiendas de ropa, calzado y cosméticos en Honduras y Costa Rica. En el cartel de occidente se contemplan a dos cubanos, sin dar sus nombres, que operan en la ciudad de La Entrada, en el departamento de Copán. Otro de los grupos opera en oriente (departamentos de Olancho, Colón, El Paraíso y La Mosquitia), lidereados por los hermanos Santiago, Mateo y Wilkin Montalván, junto a Eduardo Sarmiento, ex diputado al Congreso Nacional; Filiberto Marimón, de la empresa Tabacaleras de Danlí y varios colombianos que operan a orillas del río Patuca y La Mosquitía, una apartada y selvática zona. En el caso del ex diputado Sarmiento, se indica que en sus haciendas hay pistas clandestinas, donde aterrizan las avionetas procedentes de Colombia con los cargamentos de cocaína. Estos cartales, según el documento, tienen toda una estructura jerarquizada para el manejo del trasiego de droga que va desde la elaboración de planes y las operaciones de transporte, almacenaje, asesoría legal, contabilidad, inversiones y lavado de dólares, complejo proceso que cuenta con la complicidad de bandas integradas por oficiales de la Policía, entre ellos tenientes, capitanes, mayores y hasta cuatro coroneles. En estos casos no se revelan los nombres (cuadro II). De igual manera se cita como cómplices al actual director de Fiscales del Ministerio Público, Humberto Palacios Moya, y 17 fiscales bajo su cargo. Ante los señalamientos, el funcionario negó toda vinculación con el narcotráfico y dijo que todo era una trama para separarlo del cargo por su lucha contra el crimen organizado. El ex magistrado a la Corte Suprema de Justicia (1994-1998), Hernán Silva Baltodano, se le cita como abogado de la mafia de narcotraficantes el sureño departamento de Choluteca. 

"OPINION DE OBISPO SANTOS QUE DICE QUE EN EL PARAISO EL QUE HABLA LO MATAN "



El municipio de El Paraíso es todo un caso. Ahí las muchachitas no aceptan al novio si no tiene un carro 2.8 último modelo, carrazo que los narcos sí lo tienen; en El Paraíso sólo la iglesita queda porque todo lo demás ya lo compraron los narcos, casas, edificios, haciendas de ganado, etc." El obispo detalló que "en El Paraíso y en El Espíritu, Copán, hay aldeas donde pueden verse mansiones como en Lomas del Guijarro de Tegucigalpa. ¿De dónde ha salido este dinero? Es dinero del narco. La ubicación geográfica es determinante porque en Ocotepeque, Copán y Santa Bárbara tenemos toda la frontera con Guatemala y al lado la de El Salvador, es casi imposible detener a los traficantes porque pasan por cualquier parte. Honduras, Guatemala y El Salvador son el trifinio de la droga". El obispo dijo ser testigo de lugares donde se ha roto la tranquilidad porque ya nadie está seguro. "En la cordillera de El Espíritu se escuchan tiroteos a las siete de la noche con armas pesadas, la gente se mete a sus casas, porque es la hora cuando están pasando los narcos. Guardan silencio, no hablan por temor a represalias, porque si hablan no amanecen vivos, los matan. Algunos jefes policiales están confabulados, aliados con el narcotráfico. Yo lo que he predicado siempre es que cada familia se dedique a su trabajo y que se aleje de la corrupción. Antes eran otros los peligros, ahora es el narco". Contactos internacionales El sacerdote añadió que casi todos los capos de la droga de Copán están bien conectados con sus compinches internacionales. "Un ejemplo de ello es el reconocido ‘Mamalicha’. Estaba preso en Copán Ruinas y dijeron que tenía sida, lo dejaron libre hace unos dos años pero ahí anda Mamalicha como si nada. Él le dijo a la Policía: Ustedes no pueden hacerme nada a mí, una ‘llamadita’ y enseguida tengo la protección internacional. Otro problema es que la población desconfía de la Policía, la Policía es un peligro, un ciudadano fue detenido y le quitaron su documentacion, fue a la Policía y eran ellos mismos." El otro problema es que no hay justicia, pero eso se explica porque los jueces tiene miedo, no hay seguridad para nadie". Bandas poderosas El obispo continuó con su relato. "Un señor de apellido Chinchilla de la banda del mismo nombre dijo que estaba enfermo, lo llevaron al hospital de Occidente y en las barbas de la Policía se escapó, lo que dice la gente es que los agentes reciben dinero de los narcos para hacerse de la vista gorda, les pagan por no hablar, es toda una corrupción que tiene que ver con el narco. Esto es algo dañino para Honduras porque si la Policía está dentro de este negocio nosotros no tenemos ninguna defensa. En este ambiente tenso, donde en cualquier momento puede ocurrir lo inesperado, la gente se mira orando con el sentimiento de que si le pasó a aquel, le puede pasar a ellos". El obispo de Copán expresó que en La Entrada se producían secuestros por 10 mil y 20 mil lempiras. "En los tiempos de José Hidalgo Niño existían tres bandas de delincuentes, eso fue hace 20 años. Estaban los Chinchilla, los Pacheco y los Hidalgo Niño. La Policía acabó primero a los Pacheco, luego los Chinchilla se pelearon con los Hidalgo Niño, y al final la Policía agarró a los Chinchilla. Eran los que mandaban en ese sector. Ahí la delincuencia era incontenible: te decían enemos tu carro, si lo querés mandá 20 mil lempiras y la gente por no perder 300 mil que valía el carro daba los 20 mil lempiras. Los narcos se dan lujos que muy pocos pueden costearse, ha habido casos en que traen artistas en vuelos express para sus fiestas privadas. En La Entrada, Copán, llevaron a un grupo -El Chapo de Sinaloa- en helicóptero, pero como por ‘castigo divino’ se vino un vendaval y no pudieron actuar", relató Santos. Aunque andan en malos pasos, muchos narcos dicen ser católicos pero no van a misa, "sus parientes sí", dice el obispo, quien afirmó recibirlos con ecuanimidad. "Se vuelven espada de doble filo, porque como pueden ser sinceros, pueden ir a contarle a sus parientes lo que se dice en la Iglesia", puntualizó el obispo copaneco.




POLICIA Y NARCOS

SUCESOS









Autoridades de la Unidad de Lucha Contra el Narcotráfico decomisaron en el norte de Honduras un vehículo y un camión con compartimientos falsos para transportar droga. El descubrimiento fue realizado este miércoles durante un operativo en un taller mecánico ubicado en el sector de Río Blanco en San Pedro Sula, Cortés. Los vehículos decomisados corresponden a una camioneta doble cabina color gris y un camión del que no se han establecido las características. Agentes de esta unidad realizan una serie de operativos en Honduras como parte de una estrategia para capturar a presuntos traficantes de drogas en el país. La aldea de La Haya, Puerto Lempira y otros dos sitios de Gracias a Dios, Río Blanco y la colonia Tara en San Pedro Sula son algunos de los sitios donde las autoridades hondureñas realizan operativos en el norte de Honduras. En la colonia Tara de San Pedro Sula, cinco personas fueron interrogadas con fines investigativos, informaron las autoridades hondureñas. Los agentes de la Unidad de Lucha Contra el Narcotráfico fueron acompañados en los allanamientos por miembros de las Fuerzas Armadas de Honduras.

Ministro de Seguridad afirma que el chapo estuvo en El paraiso Copan

Ir al artículo completo
Autoridades hondureñas tienen “información preliminar de inteligencia” de que el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán ha estado en ese país centroamericano “por periodos cortos, descansando” por las acciones que realiza el Gobierno de México contra el narcotráfico, afirmó el ministro de Seguridad de Honduras, Óscar Álvarez. “Tenemos ya informes, y como le digo es preliminar, informantes que nos han dicho” que han visto “a una persona que tiene las características del señor Guzmán” en la zona de El Paraíso, en el departamento (Estado) de Copán, indicó el funcionario hondureño en entrevista vía telefónica con el periodista José Cárdenas. Dijo que, de acuerdo a sus informantes, “El Chapo” Guzmán habría estado en una fiesta que fue amenizada por una banda de música mexicana. “Lo que sí tenemos claro es que, según los informantes, el señor Guzmán hubiera estado en un lugar de Copán y que hubo alguna fiesta con un grupo mexicano amenizando el evento”, señaló. El diario “La Tribuna” de Honduras dio a conocer este martes la presencia de “El Chapo” en ese país y la información fue difundida por las agencias informativas. En la entrevista radiofónica, el ministro de Seguridad rechazó que “El Chapo” tenga una presencia y acciones permanentes en Honduras. Sin embargo, reconoció que en territorio hondureño hay presencia de los cárteles mexicanos de Sinaloa y del Golfo, “sobre todo en el trasiego de droga”, porque este país está localizado a la mitad de la distancia de Sudamérica y elNorte de Mexico

Al chapo lo cuidan en Honduras tal como informa Blog del Narco honduras

Ir al artículo completo
Tal como lo informaramos aqui el chapo estaria entrando a honduras como pedro por su casa y estaria siendo cuidado por policias, soldados y hasta alcaldes hondureños. El líder del cártel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, se mueve a sus anchas en Honduras y Guatemala bajo la protección de un cerco “militar” para dirigir personalmente el trasiego de drogas desde Centroamérica hacia México y Estados Unidos. Así lo informa Proceso.com.mx, que señala que "El Chapo" es inalcanzable para el gobierno mexicano. El jefe del cártel de Sinaloa entra y sale de los dos países centroamericanos gracias al control que ejerce en vastos territorios de esta región, a pesar de que en 1993 fue detenido casualmente en Guatemala por el general Otto Pérez Molina, quien ahora es uno de los principales candidatos a la presidencia. Tan sólo en lo que va de este año, los servicios de inteligencia guatemaltecos y de Estados Unidos han ubicado a "El Chapo" por lo menos cinco o seis veces en el norte y el noroeste del país, muy cerca de la frontera con Honduras. “La última vez que se le vio aquí en Guatemala fue en Semana Santa (en abril de este año) en la zona de Puerto Barrios”, asegura en entrevista el ministro de Gobernación, Carlos Menocal. “En tres de esas ocasiones existe la certeza de la presencia de 'El Chapo' porque en los lugares donde estuvo se encontraron documentos y dinero, y se detectaron comunicaciones”, dice el ministro con base en información de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y de la Secretaría de Inteligencia Estratégica del Consejo de Seguridad Nacional de Guatemala. De acuerdo con Menocal, tras detectar la presencia del Chapo los gobiernos de Estados Unidos y Guatemala han realizado operativos para capturarlo, “pero por incompetencia el Ejército guatemalteco ha llegado tarde”. Además de haber sido ubicado en su principal zona de influencia –en la frontera occidental de Guatemala con México, en el Pacífico sur y en la frontera con Honduras–, se ha establecido por temporadas en la capital guatemalteca. “En febrero y marzo del año pasado se le ubicó en el complejo residencial Majadas, donde tenía dos o tres casas; desde ahí operó un buen rato”, dice una fuente de inteligencia militar que recibió a los reporteros de Proceso con la condición de que no revelaran su identidad. El fraccionamiento Majadas se localiza en una de las zonas más exclusivas, en el norte de esta capital, por la carretera que va hacia la turística ciudad de Antigua. El complejo residencial está, por así decirlo, protegido por el hotel Tikal Futura, alrededor del cual se concentran agencias automotrices y tiendas exclusivas, en su mayoría estadunidenses. Con notoria vigilancia privada a cargo de agentes dotados de pistolas, armas largas y equipos de radio, el complejo se localiza a un lado del Country Club de la ciudad de Guatemala. Para ingresar a Majadas los visitantes, e incluso los residentes, se deben identificar en las casetas de vigilancia de las entradas. Cualquier movimiento de autos o personas desconocidas es reportado de inmediato a través de radios en la cadena de guardias apostados a lo largo y ancho de la calle que desemboca en la zona residencial. Una fuente de inteligencia civil guatemalteca sostiene que El Chapo “es el tema de fondo” cuando se habla del narcotráfico en Guatemala, ya que se desplaza con todas las facilidades desde hace mucho tiempo por la frontera con Honduras, Huehuetenango, La Antigua y El Petén, en la frontera con México, y en la propia ciudad de Guatemala. “Lo cuidan militares mexicanos, guatemaltecos y hondureños, además de la protección que recibe de los policías de las zonas por donde se mueve. En la frontera con El Salvador, al sureste de Guatemala, también se han localizado equipos de escuchas que trabajan para él”, dice la fuente. Subraya que El Chapo “se mueve en helicópteros y una de las principales empresas que utiliza es Transportes Aéreos de Guatemala (TAG), propiedad del general retirado Francisco Ortega Menaldo, quien participó en la guerra civil guatemalteca. Y de acuerdo con información de Estados Unidos, quien lo lleva y trae es Gregorio Valdés, representante de la empresa de helicópteros Piper”

Incautan droga en Gracias A dios

Ir al artículo completo
Segun informaron a blog del narco honduras la droga seria para javier cachiro y neptaly duarte Efectivos de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico en conjunto con elementos la Fuerza Naval de Puerto Lempira, Gracias a Dios, incautaron al menos 1,700 kilos de cocaína empaquetados en 67 fardos en la comunidad de Raya, la madrugada de ayer. El alucinógeno era transportado en una lancha rápida de cuatro motores procedente de Sudamérica, confirmó el ministro de Seguridad, Óscar Álvarez. Las autoridades también confiscaron seis fusiles: dos M-16, de uso oficial del Ejército de Honduras, y cuatro AK-47, según indicó Álvarez. No hay detenidos Al momento de efectuar el operativo policial no se reportaron personas detenidas, pues el hecho ocurrió a las tres de la mañana y estaba muy oscuro. Cuando los narcotraficantes vieron que la acción era contundente por parte de los miembros de la Fuerza Naval, de inmediato empezaron a disparar y las personas que iban en la embarcación salieron huyendo. “El operativo incluyó un tiroteo que duró más de una hora y ocurrió esta madrugada (de ayer) en Raya”, dijo el ministro de Defensa, Marlon Pascua. Agregó que la operación tuvo éxito, ya que los radares que tienen los navales de Estados Unidos en La Mosquitia han sido claves para ese tipo de labores. Ninguna persona ha sido detenida por estos hechos; no obstante, se confirmó que una lancha fue dejada en las costas atlánticas por los sujetos que huyeron. Las autoridades presumen que los narcotraficantes intentaban atracar en La Mosquitia, adonde los estaban esperando unas 60 personas, pero cuando unos 25 miembros de la Fuerza Naval se acercaron a tratar de capturarlos se produjo el enfrentamiento. El traslado Ayer en horas de la tarde, los fardos con los paquetes de cocaína fueron llevados hasta la base aérea Héctor Carracioli Moncada de La Ceiba, para el peritaje correspondiente y posterior quema, indicaron las autoridades. “Esta ha sido una operación que se inició en horas de la madrugada, en la cual los traficantes abrieron fuego a los navales, quienes tuvieron que responder la agresión”, dijo Pascua. El funcionario reveló que en el lugar encontraron también dos maletas, las que podrían servir para determinar la identidad de los sujetos. “Este hecho se dio a las tres de la mañana, esta gente estaba armada con M-60 AK-47 y otras armas, las que utilizaron por espacio de una hora, estamos hablando de personas altamente peligrosas”, dijo tras detallar que el grupo de individuos era de seis. El uso de un helicóptero permitió facilitar las labores, mientras un contingente de militares lo hacían en lanchas y caminando. Duros golpes El general René Osorio, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, dijo que en lo que va de este año se han hecho importantes decomisos de droga, tales como los ocurridos el 27 de febrero cuando fueron decomisados 2,500 kilos de coca, hace un mes otros 900 y los de ayer que se calculan en 1,700. “Se nos reportó que un soldado sufrió un rozón, pero no pasó a más. Estos hechos son muy delicados y es importante que los efectivos estén alertas”, dijo Osorio. Añadió que sin la presencia de los radares de Estados Unidos sería complicado detectar las lanchas. “Cuando estas lanchas ingresan al perímetro de los radares nos permite tener tiempo de una alerta para poder reaccionar, estando conscientes del alto grado de peligrosidad de los individuos a los que hay que hacerles frente”, manifestó. Procedimientos El coordinador de fiscales del Ministerio Público, Adonai Padilla, dijo que se analizaban las condiciones de la base aérea de La Ceiba para saber si se procedía o no a la quema de la droga en el lugar. “No estamos seguros en saber si se hará aquí, dependerá de los análisis correspondientes”, aseveró. De igual manera se estaba a la espera de obtener las notificaciones de los tribunales de Puerto Lempira para con los de La Ceiba y así ordenar la destrucción de la droga. En la base aérea se tomaron fuertes medidas de seguridad a tal grado que todo vehículo que ingresaba al sitio, se tratara de quien se tratara, era objeto de minuciosas revisiones.

HISTORIA DE NARCOTRAFICO EN HONDURAS



La conformación de grupos delictivos organizados comenzó hace muchos años atrás con el tráfico de influencias políticas para el enriquecimiento ilícito, con la fabricación de aguardientes clandestinos, con la defraudación fiscal, con el robo de bienes sagrados de la Iglesia Católica y el saqueo de las zonas arqueológicas, con el tráfico de pasaportes, con el soborno a funcionarios públicos de niveles alto medio, robo a bancos así como a vehículos terrestres y aéreos, falsificación de monedas y documentos públicos, tráfico de cédulas de identidad, de armas, explosivos y materiales relacionados, así como de inmigrantes, niños y trata de blancas (prostitución). También se trafica con animales en peligro de extinción y plantas exóticas para venderlos nacionalmente y en el exterior.

Más recientemente, los delitos son de piratería de software para informática y reproducción ilegal de material cultural (CD, musicales y libros). La historia de la corrupción en Honduras es de larga data.

El narcotráfico, de naturaleza transnacional y una de las manifestaciones más sofisticadas del crimen organizado, comenzó a tener notoriedad en Honduras en la década de 1970, al ser un país de tránsito de la cocaína producida en América del Sur y cuyo destino principal era Estados Unidos de América. Desde sus inicios contó con la complicidad de miembros oficiales superiores de las Fuerzas Armadas, entidad que gobernaba el país desde 1963.

La mayoría de la población ignoraba la existencia del narcotráfico, hasta que el 3 de diciembre de 1977 fueron secuestrados luego asesinados Mario y Mary Ferrari, quienes estaban vinculados al tráfico de cocaína, armas y esmeraldas con Juan Ramón Mata Ballesteros, capo de origen hondureño residente en Colombia. Este hecho tuvo gran publicidad y trajo a la palestra pública que los traficantes de drogas situados en Colombia tenían eslabones en Honduras y que miembros de las Fuerzas Armadas, a nivel de máxima jerarquía y organismos de inteligencia, eran sobornados y utilizados por el hasta ese tiempo desconocido, Mata Ballesteros.
En el secuestro y posterior ejecución de los esposos Ferrari, salieron involucrados para ese entonces los agentes de la inteligencia militar y los oficiales en servicio activo Cnel. Leónidas Torres Arias (G2) encargado de inteligencia del Estado Mayor Militar; Cnel. Ramón Reyes Sánchez, director de la Penitenciaría Central; el Tte. Cnel. Juan Angel Barahona, jefe de la Internacional Police (INTERPOL), el fallecido Cnel. Armando Calidonio, miembro de la Dirección Nacional de Investigación (DIN) y el Cap. Carlos Coello, Alex Emilio Oliva, ex administrativo de diario El Día, manejó la contratación de los secuestradores y posteriormente ejecutores, por falla del plan original, que era llevarlos a Colombia en avioneta, que sería conducida por el piloto civil Asdrúbal "Respirito" Rojas Fasquelle para ser juzgados por Mata Ballesteros.

Los oficiales arriba mencionados fueron denunciados por haber recibido sobornos de Mata, para eximirlo de toda responsabilidad en el crimen de los Ferrari.

En el principio de los años 80 la narcoactividad y el tráfico de armas se incrementaron con el padrinazgo de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), dentro del marco de la operación Irán-Contras y como parte de la guerra de baja intensidad entre el bloque comunista encabezado por la desaparecida Unión Soviética y los Estados Unidos de América, con sus aliados anticomunistas. El escenario fue Centroamérica, donde realizó una sangrienta confrontación.

Esta operación de la guerra fría involucró a los cárteles de la droga colombianos y mexicanos como aliados coyunturales del gobierno de Estados Unidos, con destacada actuación de Mata Ballesteros. Esta alianza permitió a los cárteles traficar, con mínimo riesgo, droga para México, Estados Unidos y Europa. A cambio los narcotraficantes transportaban armas y otros servicios a las tropas anticomunistas radicadas en Honduras, las que operaban militarmente en contra del Frente Sandinista en Nicaragua.


 El narcotrafico dia a dia aumenta en nuestro pais  las personas han perdido las ganas de trabajar y se dedican a estos inlisitos.